“La commune est notre exemple” grita un afiche estudiantil del Mayo Francés del 68 evocando el espíritu revolucionario de la comuna de París; la imagen de tres mujeres armadas con fusil y bandera en mano parece mostrarnos el camino en el transitar de las revoluciones sociales del siglo XX.
Más acá, en el México insurgente acusarán recibo maderistas, villistas y zapatistas; José Guadalupe Posada será retratado junto a su mesa de trabajo observando a través de la ventana de su taller cómo la policía reprime la protesta obrera en plena dictadura de Porfirio Díaz; la escena corresponde a una linografía de Leopoldo Méndez, uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular en 1937.
Mientras, en Argentina, la oligarquía estrenaba su primera dictadura en el coro falangista internacional y la canción antifascista no tardaría en sonar: afiches, folletines y volantes de la F.O.R.A. pedirán por la libertad de los cinco ladrilleros condenados a cadena perpetua, tan solo por reclamar las 8 horas de jornada laboral al calor de los hornos y la represión en el Partido de San Martín.
La muestra que aquí presentamos, conformada por grabados, dibujos, afiches, circulares y manifiestos políticos propone un recorrido visual por el derrotero de las luchas populares generando un diálogo atemporal entre los distintos registros gráficos expuestos a partir de los documentos que Claudio Rabendo nos brinda. Con su archivo, Rabendo pone en juego algo más que un material histórico y estéticamente valioso que bien podría lucir en las catacumbas del idealismo.
Su inquietud política y su convicción ideológica hacen posible una dialéctica entre el documento y el contexto, una oportunidad de encuentro con las voces y acontecimientos que marcaron nuestra historia social contemporánea.
Cabe recordar que Resistencia Y Rebeldía II, arte y política tuvo su primer capítulo en el año 2008 con la curaduría de Alberto Giudici en esta misma Sala Abraham Vigo del Centro Cultural de la Cooperación.
De allí su nombre acuñado al fragor de la disputa política de entonces entre el gobierno y las corporaciones agroexportadoras.
A 16 años de aquella primera inauguración, esta muestra retoma el espíritu militante en horas dramáticas de la actual coyuntura política y rinde homenaje a quien fuera hasta hace muy poquito tiempo nuestro maestro, curador y amigo Alberto “Tito” Giudici.
Valen a modo de epílogo, sus palabras: “Con estos y otros exponentes del arte social y político, Rabendo quiere indicar el carácter internacionalista de la muestra que ahora presentamos en el Centro Cultural de la Cooperación. Su propuesta es contar, no una historia nostálgica de los movimientos de izquierda, sino señalar que los conflictos sociales siguen vigentes y que el arte social acompaña y recrea la eterna aspiración de alcanzar otro mundo solidario y posible”.
EL SILUETAZO A 40 AÑOS Una mirada desde adentro (Fotografías de Guillermo Kexel)
1983, septiembre, día 21. A pocos minutos de comenzada la silueteada, aquella jornada se convertiría en un magnífico teatro de operaciones de carácter colectivo, inédito en la historia social de nuestro país. La acción en sí y la imagen de las siluetas a escala humana dejarían una marca indeleble en el imaginario colectivo impregnando, con su reclamo por los desaparecidos y bajo la consigna “aparición con vida”, la espesa atmósfera que la dictadura nos dejaba como siniestro legado.
El Siluetazo a 40 años: una mirada desde adentro, la muestra que aquí presentamos, expone a partir de una selección de fotografías de Guillermo Kexel sobre aquellas jornadas una parte secreta del Siluetazo, una mirada íntima: la práctica en la elaboración de las siluetas, a veces en serie, otras, con los nombres escritos de los seres queridos que se buscaban. El carácter gestual de aquel ritual colectivo, en cierto aspecto, espontáneo, conjugando un compromiso a cielo abierto, buscaba el encuentro fraternal con aquel otro, ese transeúnte desconocido que, al pasar, detenía su marcha y se volvía compañero y compañera por una causa urgente. La acción y el contacto inesperado llenaban de sentidos una pregunta que aún no tenía respuesta. Estas fotos son algo más que registros y archivo necesario en la construcción de las memorias colectivas. Estar frente a ellas es también volver hacia esa plaza, revivir aquella gesta conmovedora, situarnos como un ojo fantasmal que da cuenta del anhelado encuentro social postergado durante los oscuros años de la dictadura genocida. Ernesto Pereyra Curador